Existen diferentes técnicas de producción:

La técnica más utilizada es el reformado con vapor. Este método consiste en hacer reaccionar el metano con agua para obtener una mezcla que contenga hidrógeno y CO2. Para obtener un hidrógeno descarbonizado, lo ideal es capturar y almacenar el CO2 producido. También es posible utilizar biometano en lugar de gas natural. Esto se llama hidrógeno azul (si el CO2 es capturado y almacenado).

Otra técnica utilizada es la electrólisis del agua, que utiliza electricidad y agua. El electrolizador separa una molécula de agua en hidrógeno y oxígeno. Este método no se utiliza mucho porque es muy caro. Se habla de hidrógeno verde (si la electricidad utilizada procede de energías renovables) o de hidrógeno amarillo (si la electricidad utilizada procede de la energía nuclear).

Por último, también es posible producir hidrógeno a partir de la gasificación: se trata de producir una mezcla de CO e hidrógeno a partir de la combustión de carbón o biomasa. Este proceso emite mucho CO2 (se habla de hidrógeno gris o marrón)

Una vez producido, el hidrógeno se almacena y luego se transporta al lugar de distribución.