Un método muy utilizado para almacenar el hidrógeno es en cilindros.
En forma gaseosa, el hidrógeno es 11 veces más ligero que el aire. Para almacenar 1kg de hidrógeno, se necesitaría un depósito de 11m3. De ahí la necesidad de aumentar la densidad de este gas para poder contenerlo en mayores cantidades.
A 700 bares, el hidrógeno tiene una densidad de 42 kg/m3 frente a 0,090 kg/m3 a presión y temperatura normales. Por tanto, en una bombona de 125 litros se pueden almacenar 5 kg de hidrógeno.